No empieza del todo bien la era Pochettino en París. El PSG no pudo pasar del empate ante el Saint-Étienne, en un duelo en el que los parisinos fueron claramente de más a menos. Desdibujados en la segunda, con una posesión estéril, echaron de menos el desequilibrio de Neymar. Escasas ocasiones para un equipo que debe ir a más con el técnico argentino.
Buscó tener más dominio el nuevo PSG de Pochettino en el primer tiempo, con un Verratti reubicado más arriba, a su libre albedrío, y con un punto más en la presión tras pérdida. Poco más ha podido trabajar el argentino, que deberá juntar algo más sus líneas para evitar que equipos como el Saint-Étienne necesiten poco para hacer daño. Moukoudi avisó cabeceando un saque de esquina. Luego llegó el regalito de reyes.
Marquinhos le pasó el marrón a Kehrer, el alemán a Gueye y el medio que perdió el esférico en su área. El resultado fue Hamouma festejando el 1-0. De nada le sirvió adelantarse. Y es que Moise Kean poco tardó en aprovechar una gran asistencia de Verratti para poner las tablas. El punta italiano había fallado el 0-1 minutos antes. Con las tablas, el PSG durmió el partido ante un rival que se echó descararamente atrás. Faltaron ocasiones. Poco de Mbappé y Di María.
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En la reanudación, poco a nada del PSG, que no existió en el área rival hasta el remate del punta argentino en el 75'. El Saint-Étienne, en cambio, logró darle la vuelta a las sensaciones y dispuso de las ocasiones más claras del segundo tiempo. Estéril posesión parisina, que echó y mucho de menos el desequilibrio de Neymar. Los de Pochettino lo intentaron en el tramo final. La falta de entendimiento entre Sarabia y Kean en una de las últimas acciones del duelo fue el resumen perfecto. Un quiero y no puedo. Tiene trabajo Poche.