Llegó quizás cuando menos lo estaba mereciendo el Olympique de Marsella. Pero llegó, que era lo importante para los de Villas Boas. Tras una gran primera mitad, los marselleses esperaron hasta los instantes finales para abrir la lata y llevarse los tres puntos de Rennes.
El Marsella fue un coloso en los primeros 45 minutos. Sabía que tenía que desconectar a Camavinga del encuentro y lo hizo. El trío de medios del Olympique neutralizó al joven mediocentro y con él fuera del partido el cuadro de Villas Boas se hizo grande. Dominó a placer, mordió bien en la presión y solo le faltó el gol que tanto ansiaban. Aun así, falta mordiente arriba. Benedetto no acaba de carburar y se le echa de menos. Tan solo Álvaro tuvo una ocasión más o menos clara.
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En la reanudación, el Marsella bajó el ritmo y ahí apareció Camavinga, al que no hay que darle ni medio segundo. El del Rennes se hizo con la batuta del encuentro y mejoró a todo el equipo, que pasó a ser más peligroso. Raphinha la tuvo en los mejores minutos del cuadro local, pero obtuvo respuesta con un Payet que pasó más bien desapercibido. Aun así, cuando todo parecía que iba a morir con el 0-1, apareció Strootman que había salido como revulsivo, para poner el 0-1 final.