La obsesión con la Champions League mueve montañas. El nuevo fiasco del PSG en Europa, este año en cuartos de final ante el Manchester City, abrió la veda para un mercado estival lleno de movimientos en los alrededores del Parque de los Príncipes. Las primeras semanas han servido para que Leonardo, director deportivo, peinara el mercado en busca de refuerzos.
Llegaron Donnarumma y Wijnaldum a coste cero y Sergio Ramos será el siguiente que aterrice en París, también sin pagar traspaso. Achraf es cuestión de horas, por el que desembolsarán casi 70 millones de euros. Probablemente no serán los últimos. Pero antes de entrar, también dejen salir. El PSG necesita 180 millones de euros en ventas para cuadrar las cuentas y la lista de salida es larga.
Llevan el cartel de ‘se vende’ colgado en el cuello cerca de una decena de jugadores. Empezando por la portería, la llegada de Donnarumma deja fuera de cualquier plan del club a Alphonse Areola. Está tasado en 20 millones de euros. Lo siguen en defensa, Kehrer, que nunca se ha adaptado, y Amadou Diallo, que pese a tener una buena cotización, su precio no para de bajar. Kurzawa completaría las bajas en la zaga. No más de 10 ‘kilos’.
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En el centro del campo, hombres importantes para Pochettino como Gueye o Paredes también podrían hacer las maletas. También jugadores con menos minutos como Pablo Sarabia, que ya ha recibido interés del Atlético, o Rafinha, ex jugador del Barça. El que peor negocio puede tener es un Mauro Icardi por el que pagaron 50 ‘kilos’ y que son conscientes que no recuperarán. Eso sí, todo puede cambiar si el que sale es Kylian Mbappé. Ahí se acaban los problemas.