El Mónaco no pudo enlazar su segunda victoria consecutiva. Un sólido Saint-Étienne, en estado de gracia y catapultado desde la penúltima a la octava plaza de la Ligue 1, se llevó el gato al agua en un choque muy disputado.
Los verdes, que llevan cinco victorias en sus seis últimas jornadas y tienen la segunda posición a dos puntos, inclinaron la balanza cuando se cumplía la hora de juego, y el equipo monegasco ya no supo o no pudo responder.
El equipo de Claude Puel tiró de sobriedad y conservadurismo en el primer tiempo. También el Mónaco, compartiendo con el Sainté la línea de tres centrales atrás. Sin riesgos, el que podía desencallar la contienda era Ben Yedder, pero Saliba se lo merendó.
Ese tacticismo se rompió en la reanudación. El once de Jardim volvió a evidenciar que no tiene grises ni término medio. Tan pronto puede encajar como marcar, y esta vez le tocó dio la de arena. Así, el Saint-Étienne se avanzó al remachar el gabonés Denis Bouanga un rechace de Lecomte a tiro de Hamouma. Un Bouanga que desde que está Puel en el banco parece otra y está siendo el faro de los verdes.
NOTICIAS RELACIONADAS
Todo pudo saltar por los aires para los locales cuando Fofana vio la expulsión al cortar una contra de libro que seguramente hubiera supuesto el 1-1, pero por escasos milímetros el VAR deshizo la decisión. Los monegascos, sin Cesc ni Slimani, demostraron por enésima vez su falta de pundonor y acabaron claudicando en Geoffroy-Guichard.