Nuevo episodio en el interminable culebrón de Adrien Rabiot. Según reportó en las últimas horas la prensa francesa, el Paris Saint-Germain ha decidido levantarle parcialmente el castigo por el que permanecía apartado de la disciplina del club capitalino desde el pasado mes de enero.
Así pues, el centrocampista de 24 años podrá volver a entrenar con sus todavía compañeros a partir de hoy mismo. Sin embargo, Thomas Tuchel no volverá a brindarle ningún minuto más en partidos oficiales con la elástica del PSG.
Rabiot, el proscrito
De este modo, Rabiot vería suavizado el ostracismo vivido durante los últimos meses. La suerte del galo, pieza de gran importancia para Unai Emery el curso pasado, se torció a raíz de su negativa a renovar con el conjunto capitalino tras meses de empantanadas negociaciones.
Ambicioso en su último año de contrato, que finaliza el 30 de junio, Rabiot quería dar un salto en su carrera: garantizarse la titularidad en un gran equipo con un sueldo acorde con semejante estatus. No le faltan pretendientes. En su momento estuvo muy cerca del Barça, como ahora la prensa internacional informa del interés de Real Madrid, Bayern Múnich, Tottenham o Liverpool en su incorporación.
Indiciplina
Poco acostumbrado a que le rechacen, el PSG respondió a la negativa de Rabiot apartándole del equipo. Durante su ostracismo, el jugador ha protagonizado varios episodios de indisciplina que han tensado aún más la relación con el club. El episodio más notorio se produjo tras la eliminación del PSG a manos del Manchester United en la Champions League, tras la que se vio al futbolista de fiesta en una discoteca.
Ni corto ni perezoso, el galo le daría “me gusta” a un vídeo de Patrice Evra celebrando la mencionada derrota. Un gesto en las redes sociales que el PSG sancionó con una suspensión de seis días de empleo y sueldo, como adelantó el sábado pasado la emisora ‘RMC Sport’.
Tampoco ha contribuído a tender puentes Veronique Rabiot, madre y representante del futbolista, que en una reciente entrevista a ‘L’Équipe’ espetó que su hijo es “un prisionero del PSG”.
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En cualquier caso, esta incómoda relación llegará a su fin en junio y el escenario empieza a suavizarse.