Un PSG con muchísimas bajas y una defensa de circunstancias se llevó el triunfo ante el Dijon. El cuadro de Tuchel, comandado por un Rafinha que sorprendió portando el nombre que tiene en su DNI, Rafael, en su camiseta, disputó un duelo muy cómodo que encarriló en los primeros minutos y en el que nunca sufrió más allá de alguna llegada puntal del conjunto visitante.
Muy pronto se puso por delante en el marcador el PSG. Un centro al primer palo de Bakker fue rematado por Kean al fondo de las mallas. Neymar pudo ampliar la ventaja poco después, pero su tiro de topó con el palo izquierdo. El que repetiría iba a ser Kean, que empujaba el balón a gol sin oposición alguna tras un pase de Neymar que se había llevado a todos los defensores e incluso al guardameta.
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Tras el asueto, los parisinos no acababan de cerrar el duelo y el Dijon seguía vivo hasta que apareció Mbappé, que anotó un doblete. El primero, con un potente disparo desde cerca, y más adelante, en una preciosa triangulación con Neymar y Sarabia en la que el brasileño se sacó de la chistera un pase delicioso.