Cuando se quiere entrenar al máximo nivel de intensidad, todo vale. Y los clubes de élite, como es normal, buscan continuamente nuevas técnicas y metodologías que ayuden a mejorar algunos aspectos del juego de sus jugadores.
En el Mónaco, han dado con una técnica que, pese a ser muy sencilla, puede aportar buenos resultados en el desarrollo de los reflejos de sus tres guardametas: Stekelenburg, Seydou Sy y Marc-Aurelle Caillard.
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Consiste en colocar una valla de obra tumbada sobre el césped para que, al disparar a puerta, el balón rebote justo delante de ellos como podría suceder en cualquier partido. Esto requiere una mayor velocidad de reflejos por parte de los porteros, que es precisamente la faceta que más se entrena con este ejercicio.