Cesc Fàbregas ha aceptado el reto que le propuso su amigo Thierry Henry. El de Arenys de Mar ha abandonado durante este mercado de invierno el Chelsea para firmar por el Mónaco, al que entrena el ex delantero de Arsenal y Barça, clubs por los que también ha pasado Cesc.
El catalán debutó este pasado fin de semana disputando los noventa minutos del encuentro que el Mónaco jugó ante el Olympique de Marsella, que acabó en empate (1-1). La imagen de los monegascos mejoró y, aunque no tanto como le gustaría al entrenador, la entrada de Cesc aportó algo de aire fresco al equipo. De hecho, Henry destacó precisamente eso del nuevo fichaje: "Dio al partido el ritmo que quiso darle. Empezó poco a poco y acabó imponiendo su ritmo", definió el rendimiento del ex del Chelsea.
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Fue solo la carta de presentación del centrocampista, al que le queda mucho trabajo por delante para ayudar al Mónaco a salir de la zona de descenso y lograr la permanencia en la Ligue 1, objetivo prioritario esta temporada del proyecto de Thierry Henry, que llegó al club en sustitución del destituido Leonardo Jardim.