Sale del descenso por los pelos el Celta, que continúa abocado a la agonía del curso pasado. El relevo generacional introducido por Òscar se afianza a un ritmo más pausado del deseado. Eso sí, el equilibrio al penalti transformado por Roger lo firmó el canterano Carreira.
Nolito, Morales, Duarte, Santi Mina... Muchísimas interrupciones y escaso fútbol en La Cerámica. La posición peligrosa en la tabla de Levante y Celta afectó. Vaya si afectó. El miedo se apoderó de ambos contendientes y el juego se resintió. Los olívicos, equipo confeccionado para cortejar al balón, se dedicaron a perseguirlo. Denis no la olía y la conexión con la delantera brillaba por su ausencia. Zurdazo elevado de Iago Aspas en combinación con Nolito y ya.
El ataque granota tampoco asustó a un nerviosísimo Villar. Presión alta y algo más de criterio en la circulación, especialmente en las botas de José Campaña. El andaluz, con libertad de movimientos, apareció por todos los flancos del ataque, pero sin encontrar acompañante. Valencianos y gallegos llegaban al duelo con una sequía realizadora de tres jornadas. Normal visto lo visto.
Todo cambió en un pispás tras el descanso. A los pocos segundos, Nolito trabó a Miramón y Melero López decretó penalti. Roger lo transformó ejecutando a su izquierda. Espabilaron los celestes, que salieron de su larva. Aspas advirtió y Carreira concretó. Denis cruzó desde la izquierda, Mina no alcanzó, pero sí la felicidad de Carreira en su estreno realizador. Empate con sello Barreiro.
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Subidos a ese chute de adrenalina, el partido se deslavazó y entró en una fase de pollo sin cabeza. Morales dispuso de un disparo a quemarropa antes de abandonar el terreno con el tobillo maltrecho. La polémica llegaría en el añadido, con Melero López no concediendo el 2-1 de Dani Gómez. El colegiado percibió y decretó posición antirreglamentaria de Roger. Interpretable cuanto menos.