Afianza la séptima posición el Athletic Club y lo hizo gracias a un golpe de fortuna. Ese imponderable tan necesario en el fútbol y la vida. En un encuentro que ni ‘chicha ni limoná’, los vizcaínos se llevaron los tres puntos de la piscina municipal de Butarque.
Pepineros y leones tiraron de equilibrio sobre el impracticable césped. El fuerte chaparrón caído sobre Madrid convirtió el rectángulo en una pista de patinaje. El fútbol brilló por su ausencia como consecuencia. Dos contendientes dispuestos a luchar contra los elementos que vieron frustradas sus intenciones.
Quizás fue el Athletic Club el que puso algo más de mordiente, por aquello de tener un objetivo por el que luchar. En su batalla por la séptima plaza y Europa, los de Gaizka Garitano se encontraron con un regalo cuando el primer tiempo languidecía. Lekue sirvió desde el córner y En-Nesyri, él no quería, fue el mejor rematador de los vizcaínos.
Se hacía difícil jugar sobre un terreno anegado y la épica fue cobrando terreno. En eso los vascos son unos especialistas. Mauricio Pellegrino se jugó el todo por el todo y decidió regalar a los 4.155 valientes que desafiaron a la climatología, cuanto menos, un punto. La apuesta del argentino no le salió del todo bien aunque los pepineros disfrutaron de aproximaciones para haber equilibrado.
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En tierra de nadie en la clasificación, los madrileños arrojaron la toalla viendo que el Athletic se había forticicado en torno a Herrerín.