El gran atractivo del partido en Ipurua se centraba en el posible debut del Papu Gómez pero nunca se produjo. El Sevilla venció al Eibar con goles de Ocampos y Joan Jordán en un partido sin excesivo brillo de los de Nervión que sufrieron en varios tramos del partido. Eso sí, los tres puntos se van de vuelta al Pizjuán.
Los primeros cinco minutos para el Sevilla fueron para el olvido. Le costó adaptarse horrores a los de Lopetegui que además sumaba la lesión muscular de Acuña. Entraba Rekik por el lateral argentino. El parón por las dolencias del jugador del Sevilla le vino bien al conjunto de Nervión que despertó. Se hizo con el dominio del balón y empezó a generar peligro.
Despertó como también lo hizo el VAR. Por dos errores arbitrales en dos acciones dentro del área. Sánchez Martínez pitó penalti de Dmitrovic sobre En-Nesyri que no existía y tras visitar la pantalla cambió de decisión. Mismo procedimiento con la jugada que terminó de nuevo con el marroquí en el suelo, esta vez no pitó nada el colegiado, y el VAR de nuevo le avisó que rectificara la decisión. Ocampos no desperdició la ocasión para poner el primero.
Tras el gol, vuelta al dominio armero. Merecieron empatar los de Mendilibar que incluso mandaron un remate de Kike García a la madera. Faltó puntería en el tramo final de la primera mitad y en el inicio de la segunda donde asediaron la portería de Bono. Pero el gol que llegó fue el de la sentencia del Sevilla.
La ley del ex no falla. Joan Jordán terminó una jugada iniciada por Suso, prolongada por Aleix Vidal, y definida por el centrocampista que no celebró el tanto por su pasado con la camiseta del Eibar. Con el 0-2, Bryan Gil pudo ponerle emoción de nuevo al choque tras un error impropio de Koundé en la salida de balón pero su disparo se marchó de milagro fuera.
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Ni a falta de diez minutos y el partido controlado salió el Papu que deberá esperar turno en la próxima jornada. El Sevilla baila... aunque todavía sin su fichaje estrella del mercado invernal.