El Sevilla se coló en la fiesta de Luis Suárez. El delantero se despedía de su afición tras dos temporadas, clave en la primera y menos protagonista en la segunda. No pudo ver portería pero sí recibió al cariño de su afición. Fue Giménez el que durante muchos minutos aseguró la tercera plaza para el Atleti y complicó la cuarta a los de Lopetegui, pero un postrero tanto de En-Nesyri aseguró la Champions para los del guipuzcoano, que terminó manteado por su plantilla. Todo un mensaje por los rumores del posible cambio en el banquillo.
Simeone premió a Lucho con una titularidad a la que en los últimos tiempos no ha estado acostumbrado. La primera llegada rojiblanca pasó por sus botas con un disparo demasiado cruzado. Le habiltó De Paul después de un gran robo. El argentino fue de lo mejorcito del Atleti. A renglón seguido botó una falta que Reinildo cabeceó desviado.
Poco del Sevilla, al que la temporada se le ha hecho larga. Solo un buen pase de Delaney a la espalda de la zaga que En-Nesyri no pudo concretar puso en ciertos apuros a Oblak. El camino al gol lo descubrió Giménez. La primera vez que lo hace esta temporada un central que en cursos pasados tendió a ‘mojar’ más. Un frentazo del charrúa en un saque de esquina de Carrasco desniveló el marcador a la media hora y nada más que resaltar hasta el receso.
Volvió a animarse Suárez al inicio del segundo acto. Nuevamente De Paul generó la ocasión con un centro que el delantero uruguayo remató con la testa algo lejos de la meta de Bono. No tuvo más chances el ex del Barça, que fue sustituido poco después en medio de una sonora ovación que le dedicó el Wanda Metropolitano. Se despidió visiblemente emocionado aunque sin poder besar las mallas por última vez.
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Bono salvó un disparo de De Paul tras un jugadón de Carrasco y un tiro libre lateral servido por el belga lo remató casi sin querer Savic y cerca anduvo de doblar la renta. Nada más lejos de la realidad, el Sevilla empezó a sacar la cabeza y con poco consiguió un empate de oro. En-Nesyri no pudo a la primera en un balón que nadie despejaba, cabeceó poco después al larguero y al final terminó por encontrar el objetivo con un gran testarazo a centro de Óliver. El homenaje a Suárez y Héctor Herrera postpartido alivió ligeramente el mal sabor de boca para los aficionados.