Qué bien le ha sentado al Sevilla la vuelta de Sarabia. Y es que el madrileño se puso su equipo a la espalda para acercar a los suyos a la cuarta plaza con un gol y una asistencia ante un Alavés que dejó mucho que desear. La lucha por la Champions está más abierta que nunca, pues los hispalenses empatan con el Valencia y se colocan a un punto del Getafe.
Poco tardó el conjunto local en hacerse con el control del eférico y en empezar a inquietar la portería de Pacheco. El Alavés, que sabía lo que hacía, se resguardaba atrás viendo como los de Caparrós, con más recursos en ataque, podían abrir la lata gracias a tiros de Munir y el Mudo Vázquez, sin éxito. Insistía y de qué forma el cuadro hispalense por banda derecha comandados por Jesús Navas y Sarabia, colgando balones al área que nadie podía hacer buenos.
En medio de este asedio sevillista, a punto estuvieron los albiazules de aprovechar una falta de entendimiento dentro del área para marcar, pero Juan Soriano corrigió y desbarató la intentona de Calleri. Sin embargo, el que consiguió ver puerta fue Roque Mesa al filo del descanso. Sarabia vio la incorporación del canario desde segunda línea y este dirigió el balón a la escuadra de forma magistral.
Se repetía el guión de la primera mitad tras el receso. La iniciativa del Sevilla pesó más que la intención de igualar de los de Abelardo, y los locales, por mediación de Munir y Ben Yedder, rozaban un gol que habría noqueado por completo a los babazorros. El Alavés, que no se encontró durante todo el choque, no mostró ni un atisbo de fluidez en ataque. Y es que confiar solo en el balón parado no es buena idea.
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El choque se trabó y las ocasiones se transformaron en tensión, duras entradas y amarillas. En una de estas, Roque Mesa tuvo que abandonar el césped. Dejó morir el encuentro el conjunto andaluz y Sarabia, que rubricó una tremenda actuación, puso la guinda para sentenciar a 10' del final. La Champions está muy cerca.