No fue el partido que el aficionado el fútbol quiso ver en Balaídos. Un partido tenso, de alto voltaje en la que las dos expulsiones en la primera hora de partido condenaron al choque y al Celta de Vigo. Las dos jugadas fueron revisadas por Prieto Iglesias en el VAR y en las dos tuvo clara su decisión. Polémicas pero abiertas a la interpretación. La norma del talón de Aquiles seguirá trayendo cola todo el año.
Con once contra once sobre el verde el partido estuvo muy igualado. Algo difícil de definir si tenemos en cuenta que la primera expulsión llegó ya en el minuto 10 de partido. Un pisotón por detrás, involuntario, de Jorge Saéz tocó en el talón de Aquiles de Soldado y pese a que primero vio la amarilla, acabó expulsado tras la intervención del VAR. Balaídos se indignaba.
Un cuarto de hora después llegó la sentencia para los de Vigo. Un balón dividido acabó con la planta del pie de Fran Beltrán en la pierna de Puertas y tras otra revisión del VAR, el color de la tarjeta cambió a rojo. Con nueve a Balaídos solo le quedaba una gesta que no llegó. El Granada se encargó de materializar el panorama favorable con un gol de Germán en el tiempo de descuento de la primera mitad.
Por si a los celestes se les ocurría salir con la moral renovada tras el descanso, Yangel Herrera se inventó un misil imparable que tocó en el travesaño antes de entrar de forma espectacular en la portería de Rubén. Los nazaríes cumplían con los deberes.
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El Celta con todo perdido jugó sus mejores minutos tras el gol. El Granada amarró bien el resultado incrementando la actividad defensiva y evitando un gol que acortara distancias. Con estos tres puntos, los de Diego Martínez se colocan en la sexta plaza de la tabla. En Europa de forma provisional.