Las uvas de las campanadas parecen habérsele atragantado -y de qué forma- al Deportivo. El equipo coruñés no ha ganado ni un solo partido desde que empezó 2016, y su situación ha dado un giro de 180 grados en los últimos dos meses. De aspirar a Europa -llegó a ser quinto a finales de noviembre-, ha caído hasta la 13ª plaza, quedándose a sólo siete puntos de la zona de descenso.
La inquietud empieza a reinar en Riazor, algo que no sucedía desde que el equipo se salvó por los pelos del descenso la pasada campaña. Y no hay para menos, pues el Depor no ha ganado ni un partido desde el 19 de diciembre, cuando se impuso al Eibar por 2-0. Desde ese día, ha encadenado 6 empates y 5 derrotas, sumando sólo 6 puntos de 33 posibles. Una racha que le ha convertido, de paso, en el ‘rey del empate’ indiscutible de la Liga: 15 de sus 28 partidos terminaron en tablas.
El Depor está pagando muy caras en estas once primeras jornadas de 2016 su falta de inspiración en ataque -en este periodo sólo ha marcado doce goles-, y su fragilidad defensiva: ha encajado 23, dos por partido. Sin olvidar su estrepitosa eliminación en octavos de final de la Copa del Rey, en la que cayó ante un Segunda como el Mirandés (1-1 y 0-3).
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En definitiva, una situación que pocos podían imaginar al inicio de la Liga, cuando los de Víctor Sánchez del Amo plantaron cara a los poderosos Barça -arrancó un 2-2 en el Camp Nou-, Atlético (1-1)- y doblegaron al Celta en el derbi gallego (2-0).