La Real Sociedad abrió la jornada 5 con triunfo a domicilio ante el Huesca, a pesar de sufrir la expulsión de dos jugadores y del constante asedio de los debutantes en Primera, que aún no consiguen puntuar en casa.
Poco fútbol y muchas ganas se vieron en el césped de El Alcoraz. Ambos cuadros mostraron hambrer de querer llevarse los tres puntos, pero los recursos no resultaron ser los más pulidos, generando duelos trabados en la mitad del campo y ausente fluidez con el balón.
La locura generalizada tomó partido en la segunda mitad. En primer lugar, el gol de Mikel Merino sobre el minuto 64' abrió el compromiso, dándole a los de Leo Franco la iniciativa para buscar la portería contraria.
Pero a partir de allí se hizo mucho más notorio el juego raspado y de poco brillo, con el equipo azulgrana llegando a los trompicones y los donostiarras luchando con las uñas. Fue tal la crispación de los ánimos que, al 71', Juanmi hizo una entrada merecedora de tarjeta amarilla, pero el delantero no lo creyó así y reclamó airadamente la decisión, propiciando la roja por doble amonestación.
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El descontrol siguió con llegadas incesantes sobre el arco de Rulli y la segunda expulsión del partido. Theo Hernández, quien participó en la jugada del gol, le dio senda bofetada a Damian Musto en las barbas de Iglesias Villanueva, quien no dudó en mostrarle la tarjeta colorada. Con nueve y todos colgados de los palos, finalmente, Garitano y los suyos se llevaron el botín del campo oscense.