La Real Sociedad ha cerrado con el empate ante el Levante un 2014 tremendamente irregular. Ahora su prioridad será escapar de los puestos de descenso, a solo dos puntos, justo doce meses después de estar disfrutando en la Champions League y medirse ante los grandes del continente.
Pocos equipos habrán pasado tan rápido del blanco al negro como el donostiarra, que hace un año y dos semanas peleaba en Anoeta contra el Bayer Leverkusen en la mejor competición mundial de clubes, a la que había accedido de forma brillante desde la cuarta plaza en la temporada 2012/13 y con más brillo todavía en la eliminatoria previa ante el Lyon.
Eliminado en diciembre del pasado año, se volcó en las competiciones domésticas y el primer semestre no fue del todo malo para los donostiarras, que volvieron a Europa, eso sí, a la segunda competición, Europa League, y estuvieron muy cerca de acceder a la final de la Copa del Rey, torneo del que fueron apeados en el último momento por el Barça en la mejor edición para los blanquiazules en 20 años.
A partir del verano llegaron los problemas para el conjunto 'txuri urdin' que, después de un mal inicio de temporada, tuvieron que prescindir de Jagoba Arrasate y sustituirlo por un técnico de prestigio como es David Moyes, extécnico del Everton y Manchester United, con el que el presidente Jokin Aperribay trata de reflotar la nave.
Moyes, por el momento, no ha conseguido del todo evitar a la embarcación realista el naufragio al que parecía abocada porque, entre otras circunstancias, el técnico escocés se ha convertido en el rey del empate, resultado que ha conseguido su equipo en cinco de los siete partidos disputados.
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Enero debería ver el resurgir de los donostiarras que, en su peor momento deportivo de las dos últimas décadas a estas alturas de temporada, curiosamente tienen el panorama económico más brillante de toda su historia y el presupuesto más alto desde su fundación.