El Rayo se apaga. El inicio de año y la carga de partidos está afectando al conjunto de Andoni Iraola, que firmó una primera mitad de campeonato impoluta. La derrota contra Osasuna es la cuarta en los últimos cinco encuentros. Lo peor es que Vallecas ya no asusta: Athletic, Betis y Osasuna han profanado el templo vallecano en los tres últimos compromisos que se han disputado en el estadio de la calle del Payaso Fofó.
Inició muy intenso el encuentro, con pocas llegadas al área, y en la primera de peligro se inauguró el marcador. El Chimy se lanzó a por un balón que parecía perdido y Moncayola aprovechó el servicio atrás del argentino para batir a Dimitrievski con un disparo inapelable desde cerca de la pequeña.
El conjunto de Iraola no encontró la fluidez necesaria para desarbolar la presión osasunista, y los navarros lo aprovecharon para doblar diferencia a las primeras de cambio. Rubén García lanzó un mísil que dobló las manos de Dimitrievski para firmar el segundo. Aún antes del descanso, Álvaro García pudo descontar, pero Nacho Vidal se lanzó providencialmente al suelo para evitar que el golpeo del extremo fuera para dentro.
Tras el descanso, el Rayo apretó en busca de la remontada, pero nunca encontró el tanto. Nteka fue uno de los más activos, pero su pólvora se mostró mojada. Lo intentó principalmente en dos ocasiones: la primera, con un disparo alto cuando tenía todo a favor y la segunda con una acción a base de trompicones en el que Herrera salvó achicando espacios.
Por su parte, Osasuna pudo sentenciar definitivamente el encuentro, pero vivió hasta el final con la angustia del marcador. Manu Sánchez estuvo a punto de dejar solo a Budimir tras una gran acción personal, pero su servicio lo desvió bien colocado Catena. Solo un minuto después, Moncayola envió por encima del larguero un balón que le cayó franco en el punto de penalti.
Los de Arrasate sufrían y Sergio Herrera salió al rescate. El guardameta visitante se lanzó abajo para desviar un disparo de Falcao, y en el rechace le ganó la partida a Nteka en una doble intervención bestial. Eso sí, la segunda jugada estaba anulada por fuera de juego.
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La inoperancia de cara a portería de los vallecano evitó que el tramo final estuviera más apretado, y Osasuna lo aprovechó para hurgar en la herida. Kike García no perdonó tras un saque de banda para quedarse solo ante Dimitrievski y definir cruzado enganchado al poste para firmar el tercero.