El combinado vasco, que agrupaba a jugadores de ocho equipos de Primera División, generó mucho peligro en cada ataque y sobre todo en las acciones a balón parado en las que Aritz Aduriz fue un peligro constante.
Toquero e Ibai, junto al delantero del Athletic, dejaron todo decidido para el descanso con un 4-0 que se hizo corto para los méritos de la 'Euskal Selekzioa'.
En la segunda parte ambos equipos movieron el banquillo y Bolivia mejoró mucho, principalmente porque los vascos se relajaron y levantaron el pie del acelerador, de forma que Pontons marcaría el tanto del orgullo para los suyos, celebrado por las decenas de seguidores sudamericanos que accedieron a Anoeta.
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El elemento deportivo en el campo y el reivindicativo en la grada, con la reclamación de la oficialidad de la selección vasca, se aunaron y los minutos finales fueron una fiesta en la que Bolivia fue un invitado que no tenía ninguna intención de molestar.