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Osasuna agrava la situación de la UD Las Palmas

Los amarillos cayeron en El Sadar por un penalti absurdo y un regalo cuando mejor estaba. Moleiro igualó rápido el gol de Budimir y Aimar sentenció

Resumen, goles y highlights del Osasuna 2 - 1 Las Palmas de la jornada 6 de LaLiga EA Sports

Pablo Fuentes

A estas alturas del campeonato, cuando han transcurrido ya seis jornadas, cabe al menos plantearse si esta UD Las Palmas da para más. Porque el equipo mostró una imagen nueva, muy mejorada con respecto a la del partido anterior en cuanto a juego y actitud, pero volvió a perder por un error grosero cuando mejor estaba. Osasuna, con muy poco, se llevó un partido en el que se adelantó primero por un penalti absurdo de Mika Mármol que trasformó Budimir y después por un fallo de Sinkgraven en la salida de balón y por el hundimiento de Herzog, que habilitó a Aimar para definir a placer. Hizo poco más, pero dejó en nada cualquier buen argumento de Las Palmas, que los tuvo. Así es imposible.

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Por si fuera poco, Mika Mármol y Marvin se lesionaron en la primera parte y el equipo amarillo tuvo que afrontar toda la segunda con Viti, Herzog, Álex Muñoz y Sinkgraven, lo que, más allá del infortunio, señala directamente al palco. Por otro lado, hubo luz en la UD, por ejemplo la presencia de Essugo, la movilidad de Fabio Silva o la capacidad de reacción rápida al primer tanto encajado gracias a un cabezazo de Moleiro, que antes había desperdiciado un mano a mano. Con todo en la mesa, cabría esperar algo más de este equipo, pero necesita, ya con muchísima urgencia, dejar de fallar atrás y cerrar la portería.

Carrión entendió que la competición no espera por nadie y actuó de inmediato. Con todos los jugadores ya asentados, fue valiente. No había por qué aguardar más la presencia de Essugo y Fabio Silva en el equipo titular y por eso los puso de inicio, al mediocentro como ancla, con Javi Muñoz y Kirian, intocables, en los interiores, y al delantero como referencia en sustitución de McBurnie, con Moleiro y Sandro en las bandas. El once, también con Herzog de estreno en el campeonato por las bajas por lesión de Álex Suárez y McKenna, pintaba muy bien. Además, Pejiño y Januzaj ya estaban en el banquillo como revulsivos.

No se habían alcanzado los dos minutos de juego y Essugo ya había salido al cruce para cortar un balón por el lado derecho del ataque de Osasuna. Buena noticia, porque esa acción apenas la había ejecutado la UD en cinco jornadas. La primera cuestión a analizar era si el equipo amarillo había salido con energía, la que no tuvo ante el Athletic Club, y lo hizo. El mínimo estaba cumplido. Lo que no corrigió, en cambio, fue el exceso de parsimonia a la hora de sacar la pelota desde atrás, cuestión poco deseable menos aún en el estado de nervios de Herzog, que falló varios pases, si bien el equipo optó mucho por balones en largo para evitar la presión, sobre todo de Cillessen.

Perdonando a Osasuna

En uno de ellos Fabio Silva, con mucho espacio, gozó de la primera ocasión clara del choque, pero se hizo un lío por no querer tirar con la zurda: en el recorte se le echaron encima dos defensas y le forzaron a disparar flojo, a las manos de Sergio Herrera (11'). Si bien el peso del juego lo llevaba el cuadro de Vicente Moreno, el primer chut claro fue para la UD, que iba a gozar de una oportunidad clarísima poco después.

La jugada la protagonizó Essugo, que cortó el balón en su propia área y cabalgó con la potencia que le caracteriza para dejar atrás a cuantos rivales se le pusieron por medio hasta que dio un pase en profundidad perfecto a Moleiro, que se plantó solo, con mucho campo, delante de Herrera. Tuvo tiempo para hacer lo que quisiera, pero eligió mal: un último toque cuando no debió y un intento de regate fallido le hicieron desperdiciar la ocasión (18'). No se podía perdonar eso.

El segundo aviso de la UD precedió a un tercero muy poco después en otra jugada directa, vertical, de las que gustan a Carrión. El propio Moleiro encontró hueco por la izquierda y avanzó mientras Fabio Silva y Kirian llegaban desmarcados al área. La pelota llegó finalmente al tinerfeño, pero a su bota izquierda y cuando ya se había pasado algo de frenada, por lo que sólo alcanzó a golpearla, otra vez a las manos de Herrera.

Mazazo osasunista

Habían pasado 20 minutos y Las Palmas, sin necesidad de tener el control todo el tiempo, había gozado de tres oportunidades por cero de su rival, que no encontraba las vías para hacer daño. La mejoría era más que evidente, en energía y en juego, pero una mala decisión de Mika Mármol iba a lastrar al equipo poco después de un gol anulado a Boyomo por mano y un remate al palo de Herzog en propia puerta ante la amenaza de Budimir (32').

El central, que hasta el momento había hecho un buen partido, agarró fuera del área al espigado delantero croata en un balón largo, pero lo prolongó hasta entrar dentro de la zona de pena máxima. Penalti claro revisado por el VAR y gol de Budimir, que lanzó a la izquierda de Cillessen (39'). Es el cuarto penalti en contra de la UD, que para su fortuna iba a reaccionar muy pronto.

Lo hizo con un gol de Moleiro, que prolongó su idilio con El Sadar, donde ya marcó el año pasado, al rematar de cabeza en el segundo palo un centro perfecto de Sandro en el rechace de un córner (42'). Un gol de la UD a balón parado. Milagro. El partido volvía al punto de partida, pero había de dejar dos malas noticias antes del descanso, las lesiones de Mika Mármol y de Marvin, la del primero por un pisotón de Budimir en la acción del penalti y la del segundo por una rotura muscular que él mismo detectó antes de tirarse al suelo desesperado tras hacer una falta que le provocó la tarjeta.

Cambios tras el descanso

Con Marvin, Álex Suárez, McKenna y Mármol, los que habían salido como titulares el domingo pasado, lesionados, Las Palmas iba a tener que competir toda una segunda parte con Viti, Herzog, Álex Muñoz y Sinkgraven. Ahora pintaba a drama, pero no fue así al menos de entrada. Había que tirar de orgullo. Carrión dejó en la caseta a Sandro, que estaba amonestado, para dar entrada a Mc Burnie, lo que significaba el traslado de Fabio Silva a la derecha.

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En la primera acción entre ambos el portugués marcó tras una caída a banda del escocés, que le brindó luego un buen pase, pero este había arrancado en fuera de juego por poco. Quedó demostrado que el cambio fue bueno, porque dos acciones más seguidas de Fabio Silva, una concluida con un disparo y la otra con un centro, llevaron peligro. Buen jugador el luso, que regatea, se desmarca, tira, se asocia y pelea. Bajar tres peldaños en su carrera puede relanzarle.

Lleno de coraje, y pese al drama que tenía en la parte de atrás, el equipo amarillo tuvo personalidad bajo la lluvia que comenzaba a caer sobre el verde impecable de El Sadar. Llevó el peso del juego con rapidez, con movimientos continuos en la zona de arriba y con la implicación de todos. De alguna manera, se veía que la UD iba a por el partido ante un rival que parecía estar sostenido sólo por la grada, incansable. Javi Muñoz, Mc Burnie y Essugo llegaron a disparar con cierto peligro en buenas jugadas elaboradas, sin fortuna.

Nueva andanada rojilla

Y de repente, cuando el panorama era favorable, una cadena de errores iba a condenar otra vez a la UD, nada que sorprendiera a cualquiera que haya visto al equipo hasta ahora. Una anticipación de Osasuna en la salida de balón de Las Palmas por la izquierda con Sinkgraven, errático, descolocó a toda la zaga amarilla. Herzog se quedó hundido y permitió habilitar hasta a tres rivales que entraban como aviones. Uno de ellos, Aimar Oroz, desaparecido hasta entonces, recibió el pase en profundidad de Rubén García para colarse entre el central y Viti, muy alejado, y batir a Cillessen con un tiro cruzado con la zurda.

El mazazo fue duro, hasta el punto que Las Palmas necesitó al menos 10 minutos para asumir el golpe y no recibir otro. Cuando despertó, a 20 del final, una buena jugada de McBurnie con recorte dentro del área permitió a Fabio Silva chutar después, pero lo hizo flojo, otra vez demasiado fácil para Herrera. Al menos, el equipo rondaba el gol. Carrión quitó a Essugo y Moleiro para poner a Mata, que se situó como extremo derecho, y a Januzaj, que debutó como amarillo en la mediapunta, por delante de Kirian y Javi Muñoz.

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Apenas tocó el balón. En el tramo final Raúl e Ibáñez perdonaron el tercer gol en sendas jugadas de contragolpe mientras a la UD se le fundieron las ideas. Nueva derrota, la tercera consecutiva, y el equipo que sigue en descenso. Esta vez con una nueva imagen, pero con el mismo resultado.

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