No ganará la Liga, pero el Sevilla no le pierde la cara al campeonato. Hasta el último suspiro, hasta que sea matemáticamente posible, los andaluces pelearán por sus objetivos, que, a día de hoy, pasan, siendo realistas, por superar su mejor registro de puntos ligueros, establecido en 77. En-Nesyri, sí, otra vez el marroquí, fue el encargado de noquear a un combativo Valencia. Los cambios introducidos por Julen Lopetegui resultaron claves.
A estas alturas de curso futbolístico pesan las piernas y escasean las ideas. El cansancio, unido a la climatología sevillana, invitaron al sesteo en Nervión. El planteamiento ultradefensivo de Voro tampoco ayudó al espectáculo. El eterno interino planteó un 5-3-2 frondoso que cortocircuitó el juego ralentizado andaluz.
El monopolio del balón era sevillista, pero no había agujeros negros en la retaguardia che. Ni tan siquiera la zancada de En-Nesyri encontró espacios. El marroquí reclamó penalti en un abrazo de Lato. Se han señalado cosas más tibias este curso. Estrada Fernández y el VAR no vieron nada punible. El videoarbitraje sí anuló un gol a Suso por posición antirreglamentaria del gaditano.
Desencorsetado y ambicioso, el Valencia apretó las clavijas y volteó la tortilla. De dominado a dominador. La velocidad de Guedes por la derecha generó desajustes que Vallejo, en dos ocasiones, no pudo convertir.
Lopetegui se hartó y agitó a su equipo con la entrada de Fernando, Acuña y Papu Gómez. Miel sobre hojuelas. El Sevilla se instaló en parcela ajena y resquebrajó la muralla naranja. En-Nesyri le ganó la espalda a Ferro, corrobado por milímetros por el VAR, y definió de zurda para su decimoctavo tanto liguero.
NOTICIAS RELACIONADAS
El golpe, por cronómetro y ánimo valencianista, resultó definitivo. El Sevilla regresa a la senda del triunfo y atisba su récord histórico de puntos ligueros (77).