Octava victoria consecutiva de la Real Sociedad, cuarta en LaLiga, lo que supone un récord histórico para el conjunto donostiarra. Esta vez, gracias a un solitario gol de Mikel Merino en el minuto 4 y sufriendo de lo lindo con el arreón final de un Mallorca valiente que plantó cara, pero que se fue de vacío -y con polémica- de Anoeta.
Empezaron fuerte los de Imanol, golpeando casi en la primera que tuvieron tras un cabezazo inapelable de Merino, que entró como un cañón libre de marca en el punto de penalti, tras un caramelo de Brais Méndez en un saque de esquina.
Una jugada muy mal defendida por la poblada defensa que propuso Javier Aguirre y que suponía el primer gol de la temporada para el jugador ‘txuri urdin’ y la cuarta jornada consecutiva con gol a balón parado de los donostiarras.
Pero el Mallorca, lejos de bajar los brazos, intentó ir a por el empate, estirándose y buscando los movimientos al espacio de Ángel, su único punta referencia ante la baja de Muriqi, que cumplía su segundo y último partido de sanción.
Y lo tuvo muy cerca al cuarto de hora con un disparo al travesaño precisamente de Ángel tras un pase de fantasía de Dani.
Una jugada que inició unos minutos de efervescencia del cuadro balear, que se repuso bien del tempranero gol en contra y que incomodaba a la Real cada vez que aparecía al área.
Pero el arreón insular se acabó cuando apareció un ex del Mallorca como Take Kubo para penalizar los espacios y tirar contras de libro que hicieron trabajar a Rajkovic.
De hecho, el guardameta serbio fue el responsable que se llegara al descanso con el único gol de Merino en el marcador, desbaratando buenas ocasiones del propio Kubo y de Brais Méndez.
Un guión que se repitió en la segunda mitad. Siguieron los contraataques donostiarras, devolviendo las dudas al conjunto insular y salvándose gracias a Rajkovic.
Pero pasaron los minutos, el marcador no se movía y Aguirre puso toda la carne en el asador. El Mallorca ganó metros y empezó a asediar a Remiro, aunque a diferencia de Rajkovic, el gran salvador de su equipo no fue él sinó el VAR.
Y es que tras la más clara de los de Imanol en la segunda mitad, con un disparo de Guevara que escupió la madera, Ndiaye culminó una contra con un gol que el colegiado Ortiz Arias invalidó a instancias de la sala VOR por una falta previa del delantero.
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Una jugada muy polémica que acabó con las aspiraciones de un Mallorca que, pese al empeño de Kang-In Lee y un intenso arreón final, no fue capaz de arañar ningún punto de su visita a Anoeta, donde lleva 9 derrotas en los últimos 9 partidos. Su última victoria data de 2003, con gol de Samuel Eto’o.