Se empeña el Valencia en hundirse una semana sí y la otra también. Le estaba compitiendo de tú a tú al Granada y con ocasiones para llevarse el partido. Pero a Jason y a Guedes se le cruzaron los cables. El primero le soltó una patada a Duarte sin el balón de por medio y el segundo le dijo algo al árbitro. Los dos fuera y el Valencia, con uno menos tras la expulsión también de Duarte, aguantó como pudo. Al final apareció Jorge Molina.
Le metió empeño el Granada en el inicio, con un juego directo que desconectó al Valencia. Avisó Suárez con una volea y Kenedy abrió la lata en un disparo al que Jaume puso firma. El VAR lo invalidó. El tanto anulado rompió el duelo, y ahí el Valencia cogió ritmo. Halló a un activo Gameiro, que tuvo dos ante Rui Silva. Llegaba también el Granada, aunque sin ocasiones, en un centro del campo convertido en autopista. Y en los espacios, con Soler rompiendo líneas, circularon mejor los che.
En una transición que llegaba a punto muerto, Cheryshev se sacó un centro para que Gameiro abriera la lata. Nada dijo el VAR de la falta sobre Luis Suárez. El Valencia se asentó, aunque antes del descanso vio como un libre directo de Kenedy se colaba en la meta de Jaume tras tocar en un defensor.
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En la reanudación, monopolizó todas las acciones de peligro Luis Suárez para los nazaríes. El colombiano lo intentó de todas las formas. Muy clara la que tuvo tras robar y romperle la cintura a Diakhaby. También pudo ser decisivo Foulquier, con su remate el palo. Luego llegó la locura. Jason se autoexpulsó, Guedes hizo lo propio diciéndole algo al árbitro y Duarte se unió a la fiesta con un entradón en el centro del campo. El Granada no supo qué hacer con su ventaja numérica ante un Valencia agazapado. Pero apareció Jorge Molina para poner la cordura.