Un latigazo desde fuera del área de Antoine Griezmann salvó un punto para el Atlético de Madrid en su visita a San Mamés. Con 2-1 en contra en el marcador y a diez minutos del final, el francés encontró un hueco entre el palo y la estirada de Iraizoz para empatar el partido. Fue un lanzamiento muy lejano, ajustado y potente, pero también es cierto que Griezmann dispuso de tiempo y espacio a su antojo para colocar el balón justo en la cepa del poste.
Griezmann también tuvo su papel en el primer gol del Atlético, en el minuto tres de partido. Un centro desde la izquierda de Koke lo estuvo a punto de rematar el francés, pero, pese a que no llegó a hacerlo, el balón acabó entrando en la portería del Athletic.