No le sale nada bien al Getafe. En un partido en el que no hizo ni falta poner porterías, los de Bordalás se volvieron a ir de vacío ante un Sevilla que propuso algo más pero al que le faltó absoluta clarividencia en los metros finales. Nada de desequilibrio, ni último pase. Un partido que si hubiese acabado 0-0 tampoco hubiera pasado absolutamente nada. Como nada pasó en el duelo. Un libre directo al larguero y un disparo al aire de Joan Jordán, un tiro cruzado de En-Nesyri y otra jugada de estrategia que Koundé sacó bajo palos. Nada más.
Una sola ocasión en toda la primera mitad. Bordalás tenía claro que no iba a cometer los mismos errores que ante el Levante y reculó metros. Nada de presionar en campo contrario. Bloque bajo y a esperar a un Sevilla que tampoco le metió excesivas ganas. Achicó bien el cuadro azulón mientras los de Lopetegui lo veían negro ante tremenda telaraña. El libre directo de Jordán a la madera fue todo. El Getafe ni siquiera podía salir a la contra. Muchos metros por recorrer.
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Cogió algo de verticalidad en las transiciones el Getafe en la segunda mitad. Puro espejismo. Como lo fueron también las dos o tres llegadas consecutivas de ambos conjuntos. Se volvió a enquistar el partido, aunque el Sevilla dominó algo más. Plantados en campo rival, Acuña y Vidal fueron dos extremos más ante un Getafe que tampoco sufría en exceso. Pero la moneda volvió a salir cruz. Suso la puso y Etxeita puso la cabeza para meterse el gol en propia. Solo así se pudo mover el marcador. Y gracias que vimos un gol.