El Sevilla, golpeado por la eliminación entre semana ante el Barça, mostró su peor cara ante el Elche como visitante y cayó derrotado por 2-1 ante un equipo franjiverde muy sólido, que golpeó dos veces con goles de Guti y Carrillo. De Jong descontó, pero no fue suficiente.
Acusando, quizá, la seguidilla de partidos, o el ánimo decaído, al Sevilla parecían pesarle las piernas en el Martínez Valero. Los andaluces no lograban conectar y mostraban un fútbol muy espeso, incapaz de crear peligro en la portería de Badía.
Caso contrario a los de Escribá, que presionaron a Vaclik desde el inicio. Las más claras, no obstante, llegaron tras el descanso, como una clarísima opción de Boyé que el portero checo sacó con una de futsal, enviándola al córner con la pierna derecha. Lopetegui, alarmado, metió mano: Oliver, Jordán y Acuña al campo para cambiar la cara hispalense.
Pero, aunque la intención fuese animar a los suyos, el que pegó fue el rival. Primero al 70', con una gran jugada por banda de Fidel que terminó en un centro raso al punto penal, listo para que Guti llegara de atrás a rematar el 1-0. Y apenas 7' más tarde Carrillo fue el encargado, con un testarazo, de ampliar la ventaja, efectiva para sufrir lo justo con el tanto de De Jong sobre el final del partido.
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Los tres puntos resultan oro para el Elche, que respira en su objetivo de alejarse de la zona roja de descenso. El Sevilla, por su parte, no puede llegar más golpeado al duelo de Champions en Alemania: tres derrotas seguidas, eliminado de Copa y con un 3-2 en contra para remontar ante el Dortmund.