La revelación de las cuentas del Valencia refleja que, a pesar de haber conseguido reducir la deuda, la situación económica sigue siendo complicada. El conjunto che ha cerrado el presente ejercicio con unas pérdidas de 45, 8 millones de euros, además de presupuestar pérdidas de 9,7 millones de cara a la próxima temporada.
Esta es la séptima temporada en la que Peter Lim cierra el ejercicio en números rojos de ocho que lleva al cargo. La situación es tan crítica que incluso se llega a reconocer que la empresa está en una situación técnica de causa de disolución, y tan solo los 34,8 millones recibidos por parte del fondo CVC han evitado esta problemática.
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Como consecuencia de esta gestión, el Valencia se ha visto obligado a aplazar un pago de las nóminas que tenían que cobrar sus futbolistas, con los que acordó posponer el pago de las nóminas correspondientes a febrero de 2022. Por otra parte, se tuvo que solicitar financiación de 10,4 millones de euros a una empresa de pagarés para que la plantilla pudiese cobrar parte de sus fichas.