Cortando una racha de seis partidos seguidos sin victorias, el Mallorca pudo volver a sonreír y de la mejor manera. Su primer triunfo desde febrero significó más que tres puntos, alejándose por completo del descenso y venciendo 0-1 al Celta, rival directo por mantenerse, gracias a un solitario tanto de Amath Ndiaye.
Tanto gallegos como bermellones sabían que los tres puntos eran claves para las aspiraciones de no sufrir. La zona del descenso se ve lejos, pero en los últimos días todo se aprieta y lo que es una ventaja amplia termina dando vértigo al terminar LaLiga. Convenía sumar de cara a dejar muy atrás esos puestos de riesgo.
Fue el equipo balear el que encontró la pegada necesaria para anotar en una primera parte muy disputada. Una serie de rebotes, sumados a las dudas de Villar, derivaron en una pelota de nadie dentro del área que le terminó cayendo a Ndiaye, casi sin resistencia para definir el 0-1 que desató el trámite del partido.
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El equipo de Carlos Carvalhal se apuró tarde por el empate. Sobre los minutos finales llegaron las mejores opciones con un Balaídos que empujaba, pero entre los palos, las manos de Rajkovic y un cierre imperial de Raíllo terminó imponiéndose el equipo del 'Vasco' Aguirre, que dio un paso de gigante hacia la permanencia en Primera.