Leganés y Las Palmas firmaron tablas en un encuentro que tuvo una parte para cada equipo y en el que brilló con luz propia Chichizola, autor de tres paradones de época que permiten a los amarillos tomar un poco de aire lejos del Estadio de Gran Canaria.
La primera media hora de juego no pasará a la historia del fútbol. Si bien monopolizó la posesión de la pelota Las Palmas, los amarillos sólo se acercaron sobre la portería de Cuéllar con un disparo de Halilovic que, además, había anulado el colegiado por posición antirreglamentaria del croata cuando recibió el balón de un compañero.
Esperaba atrás pacientemente el Leganés, pero no encontraba espacios cuando lanzaba la contra. El paso de los minutos, sin embargo, favoreció a los pepineros, que a medida que las manecillas del reloj siguieron su curso natural se fueron encontrando más cómodos sobre el terreno de juego. Amrabat, a falta de diez minutos para el final de la primera parte, reclamó un posible penalti de Gálvez, pero el colegiado entendió que el encontronazo con el central no era sificiente para ser punible.
Tras el paso por vestuarios, sin embargo, las tornas se giraron y fue el Leganés quien más hizo por desnivelar la balanza a su favor. Lo impidió Chichizola, que sacó hasta tres manos impresionantes para desbaratar los planes del equipo de Garitano. La primera a Amrabat en un mano a mano, la segunda a El Zhar y la tercera a Guerrero.
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Después de este arreón llegó el turno de Las Palmas, que pudo adelantarse en el marcador tras un malentendido entre Cuéllar y Zaldúa que a punto estuvo de acabar con un gol en propia puerta del zaguero y sirvió para escribir el epílogo del choque.