La resurrección del Celta llegó al segundo partido de la era Coudet, el primero con el argentino en el banquillo celeste. Los olívicos se deshicieron de un Granada exhausto tras sus compromisos europeos y no supieron reaccionar ante el vendaval ofensivo del cuadro local, que mereció cerrar la victoria antes.
Después de perdonar dos ocasiones clarísimas, Luis Suárez adelantó a los nazaríes con una vaselina exquisita en un contragolpe de libro. En la jugada siguiente, el Celta se encontró de cara con el empate tras una triangulación entre Iago Aspas y Olaza que remató Nolito en boca de gol. No frenó el Celta, que mereció irse al descanso por delante en el marcador pero que perdonó todo lo que pudo y más, para seguir dando vida a un Granada que tampoco estuvo fino de cara al gol, sobre todo en el segundo tiempo.
Los cambios, la clave
Ante la falta de puntería olívica en los últimos metros, tuvieron que ser los cambios de Coudet, que se hicieron esperar, los que resolvieran la papeleta para el Celta. Tras un barullo en el área, Miguel Baeza selló el gol de la remontada céltica a los cinco miutos de entrar al campo.
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No contentos con eso, los vigueses no bajaron el pistón y una jugada de fantasía de Iago Aspas por línea de fondo fue cumlinada por Fran Beltrán a puerta vacía. Así las cosas, el Celta confirma el atisbo de reacción que presentó en Sevilla y comienza a asomar la cabeza para salir del descenso.