Coudet y Balaídos siguen sonriendo. Brais Méndez le dio los tres puntos a los gallegos en un partido en que el Rayo volvió a mostrar su inoperancia lejos de Vallecas.
Celta y Rayo firmaron un encuentro de pocas ocasiones y mucha efectividad. En la primera que tuvieron los celestes, el balón fue para dentro. Brais Méndez fue el más listo de la clase y aprovechó un rechace de Dimitrievski para adelantar a los de Coudet.
El Rayo lo intentó con voluntad, pero no encontró forma de desarticular la defensa celeste. La única llegada con peligro la protagonizó Nteka, con una caída dentro del área local, protestada por el banquillo franjirrojo, pero que el árbitro no consideró punible.
En la segunda mitad, el guion no se alteró en demasía. El Rayo continuó sin estar tan fluído como lo hace en Vallecas, y el Celta supo administrar su ventaja. Parecía que los últimos minutos podían ser los más peligrosos para los de Coudet, pero entonces volvió a aparecer Brais. El internacional español se inventó un remate de tacón, a la salida de un corner, para firmar el segundo y sentenciar el encuentro.
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Los de Iraola pudieron descontar en los últimos minutos y haberse metido con ello en el encuentro, pero el cabezazo de Sergi Guardiola se encontró con el travesaño de un Balaídos que debe ser fortín para que los vigueses sueñen con Europa en la segunda vuelta.