El Atlético de Madrid se llevó los tres puntos de un Balaídos semivacío por el cierre de la grada de Río al imponerse por la mínima al Celta, que deja ya al Barça como único equipo que ha marcado en todas las jornadas de esta Liga.
Kevin Gameiro fue quien decidió el partido al marcar el único gol del partido al borde de la media hora de juego en una de las poquísimas ocasiones del conjunto colchonero. El francés aprovechó un balón suelto procedente de un córner que la defensa celeste no supo despejar.
Hasta ese momento y, sobre todo después, el Celta fue mejor pero el Atlético fue más efectivo. El equipo de Juan Carlos Unzué tuvo más ocasiones, como un cabezazo de Sergi Gómez (18') que Oblak sacó cuando se colaba por la escuadra, y genero más y mejor fútbol, algo a lo que Diego Simeone renunció desde el minuto 1.
El cuadro vigués mereció la igualada antes del descanso y pudo conseguirla en un disparo de Wass desde la frontal que volvió a encontrar la mejor versión del guardameta esloveno.
El segundo tiempo fue un monólogo del Celta. El Atlético volvió a ofrecer la imagen sólida de temporadas atrás y no dejó un resquicio por el que pudieran entrar los atacantes gallegos. Iago Aspas, Maxi Gómez y Pione Sisto no tuvieron una sola opción de remate y eso penalizó el balance ofensivo local.
Pese a su domino y a sus ocasiones, ninguna de ellas tan clara como para merecer el gol, lo más cerca que estuvo el Celta de poder empatar fue una clara mano de Gabi (64') en su área que Munuera Montero no consideró penalti.
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La entrada de Emre Mor en el último cuarto de hora espoleó al Celta y a la grada pero el Atlético resistió el acoso final del Celta, impotente ante la solidez de su rival.