El Valencia ya está en Champions. Al menos, hasta que termina esta jornada. Un solitario tanto de Carlos Soler aúpa a los ches a la cuarta plaza en un partido donde el Celta, que ya suma 8 partidos sin ganar, pudo rascar algo más. Comandados por Iago Aspas, se quedaron cerca del gol pero los celestes siguen inmersos en esta mala dinámica.
Conscientes de la importancia del encuentro, los ches salieron al césped como un tiro. Fruto de la intensidad abrumadora, pronto llegó la primera clara aproximación. Tras un recorte de Ferran, Rubén Blanco puso la bota para evitar el gol de Wass. En Mestalla tenían hambre de victoria. Pero el Celta no se lo iba a poner fácil, pues Óscar planteó una defensa de cinco, donde Iago Aspas y Rafinha brillaban en el ataque celeste. Por sus dos zurdas pasaba todo el peligro gallego. El de Moaña hizo trabajar a Jaume.
El ritmo bajó con el paso de los minutos, aunque el debutante Florenzi no se cansó de subir por banda derecha y a punto estuvo de firmar uno de los goles de la jornada. El Celta aguantó el arreón inicial y se fue asentando sobre el terreno de juego, donde el centro del campo che anduvo desaparecido. Una mala noticia para los de Celades: Garay se tuvo que ir lesionado, dando entrada a Diakhaby.
La segunda mitad fue de esas que cuestan de masticar. El Valencia, con el control del balón, no encontraba el camino hacia la portería de Rubén Blanco y le costaba generar peligro. No obstante, el Celta era todo lo contrario. A la contra hacía temblar a los valencianistas. Iago Aspas, con una falta que sacó Parejo bajo balos y en una contra, se quedaba muy cerca del gol. Igual que el Toro Fernández, que desataba el 'runrun' en Mestalla. Un campo que aplaudió la vuelta de Rodrigo al césped y todavía más el gol de Carlos Soler, que remató colocado un centro de Ferran tras una rápida transición.
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Óscar se abonó a la 'ley del ex' dando entrada a Santi Mina, pero no hubo manera. El Celta no puede salir del descenso pese a intentarlo. Y Mestalla sueña con la Champions.