El Athletic se impuso en una noche frenética en Villamarín. Los locales, completamente fuera de sí por la actuación de Martínez Munuera, jugaron con un hombre menos desde el minuto 34 de encuentro tras un penalti absurdo de Jordi Amat que le costó al roja, y acabaron siendo presa fácil para un conjunto bilbaíno que supo manejarse mejor en un encuentro de mucho vaivén y nerviosismo en Heliópolis. El remate a una noche desquiciada, un autogol de Feddal que selló la victoria vasca a poco del final.
El partido comenzó eléctrico, con opciones para los dos conjuntos. La más clara, a los ocho minutos tras una pérdida de Mikel Rico en la salida de balón, con disparo de Sergio León que entre Herrerín y el palo enviaron a saque de esquina. La primera polémica no tardó en llegar, cuando al cuarto de hora Joaquín botaba una falta escorada, el despeje de Herrerín golpeaba en De Marcos y el meta del Athletic sacaba el esférico sobre la misma línea. Con el gol no concedido en Málaga muy reciente, el Villamarín fue un clamor pero Martínez Munuera ordenó el 'sigan, sigan'. A la media hora, respuesta rojiblanca en un remate de Susaeta con paradón de Adán, pero el esférico le caía a De Marcos y su tiro lo salvaba Feddal bajo palos.
Y a los 34 minutos, la jugada clave de la noche. Córner a favor del Athletic, Amat y Laporte se enzarzan en la disputa sin balón y el catalán acaba soltando la pierna con el 'león' en el suelo. Penalti absurdo pero claro, roja al central reconvertido en pivote y gol de Raúl García desde los once metros. Todo se le había girado en contra al cuadro sevillano.
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La segunda parte estuvo marcada por el nerviosismo. La afición bética reclamaba cada jugada al colegiado, mientras el equipo se vaciaba, con diez, en un esfuerzo hermoso pero estéril. El Athletic perdonó en varias contras claras, hasta que a cinco minutos del noventa, un centro de Óscar de Marcos desde línea de fondo lo remataba Feddal al fondo de su propia portería. Con Setién y su ayudante expulsados, el cero a dos fue la guinda a un partido extraño, marcado por el enfado bético con el colegiado pero que culmina con el Athletic sumando tres puntos a domicilio y sellando su sexta jornada sin perder.