Simeone celebró como en los grandes días. Después de todo lo sufrido, el Atlético jugará la próxima edición de la Liga de Campeones. Necesitaban tres puntos y tres sumaron en un Martínez Valero entregado a la fiesta de la permanencia. Nunca una derrota había sido tan dulce.
No invitó el horario, una amenaza al bostezo, ni la fecha en el calendario, ambos equipos con sus objetivos prácticamente cumplidos. Si algo ha caracterizado al Elche bajo el mando de Francisco es su desinhibición. Nada ni nadie hace temblar a los franjiverdes, por muy Atlético que se diga. Presión alta y un Pere Milla descarado como exitosa receta.
Lo que parecían malas noticias en los colchoneros, lesión de Vrsaljko, acabó dibujando una sonrisa en Simeone. El argentino introdujo a Lodi, doble lateral zurdo con Reinildo, y desplazó a Carrasco al carril derecho. El defensa brasileño, que había intercambiado acalorados piropos con Oblak, recogió un cambio de juego de Griezmann y centró al primer palo, donde su compatriota Cunha se puso el babero. El 0-1 cantó una nana a un duelo ya de por sí de escasas revoluciones. Pedro Bigas firmó la mejor de los ilicitanos en un servicio de córner.
Príncipe generoso
Fue el Martínez Valero una fiesta al descanso, el empate del Mallorca en Sevilla certificaba la salvación matemática de los alicantinos. “El Elche es de Primera”, coreaba una afición a la que el resultado ya le dio igual.
El Atlético de Madrid, que sí necesitaba las tres unidades para ser de Champions, no bajó el pistón y estuvo cerca de encontrar el 0-2 en una jugada de pillería de Cunha. Pedro Bigas despejó sobre la misma línea de gol.
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El segundo no tardaría en llegar y lo haría con la firma de Rodrigo de Paul. Griezmann se desmarcó en profundidad y cedió el 2-0 mascado para que el argentino empujara placenteramente. El encuentro decayó sustancialmente, ya con los de Canillejas desacelerando. Simeone también lo vio y decidió mover el banquillo con la entrada de Suárez y Correa. Entre el uruguayo y el argentino estuvieron a punto de fabricar el tercero, pero el travesaño escupió el remate del ‘10’ rojiblanco. En los dos de añadido todavía hubo tiempo para anular un tanto al ‘Pistolero’ charrúa.