El Atlético se afianza en la tercera plaza de la Liga al imponerse por la mínima a la Real Sociedad y tras encadenar cinco triunfos consecutivos toma impulso para afrontar con la moral por las nubes el derbi del sábado en el Bernabéu frente al Real Madrid.
El cuadro rojiblanco mantuvo el suspense hasta el final porque desperdició tres ocasiones clarísimas para haber sentenciado mucho antes a una Real Sociedad que prometió mucho al inicio pero que no remató con intención ni una sola vez sobre la portería de Oblak. El equipo de Eusebio se desinfla y después de cuatro partidos sin ganar se ha caído de los puestos de Europa League.
El partido se comenzó a decantar del lado rojiblanco después de unos veinte primeros minutos en los que la atrevida y valiente puesta en escena del conjunto donostiarra complicó el planteamiento de Simeone. Al Atlético le costó entrar en juego ante el monopolio del balón de su rival. Con Illarramendi lesionado y Zurutuza en el banqullo, Granero y Canales ocuparon la sala de máquinas pero sus buenas intenciones murieron por la falta de remate.
Poco a poco, el cuadro rojiblanco fue imponiendo su fortaleza en el centro del campo y con otra actuación sublime de Griezmann fue empequeñeciendo a la Real Sociedad. Después un serio aviso del delantero francés (27'), que abortó Rulli, una acción individual de Filipe Luis permitió al Atlético adelantarse en el marcador y afrontar el resto del choque en su hábitat preferido, el contragolpe.
La Real desapareció del terreno de juego y si llegó con vida al descanso fue porque Fernando Torres (33') y Carrasco (45') perdonaron más de la cuenta. Con Rulli batido, el madrileño remató primero al poste y luego al lateral de la red y Carrasco disparó a las manos del portero argentino con todo a favor para marcar en la última jugada del primer tiempo.
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Tras el descanso, el Atlético protegió la integridad de su portería y el estéril dominio de la Real Sociedad le permitió llegar al final del partido sin sobresaltos. Correa (80') y Giménez (88') pudieron haber hecho más cómodos los últimos minutos, en los que Simeone incluso se permitió el lujo de reservar a Griezmann de cara al derbi.