La derrota ante el Espanyol en San Mamés solo fue un punto de inflexión para volver más fuertes. Valverde lo tenía claro y sus hombres también, con un equipo que salió decidido desde el primer minuto a llevarse los tres puntos. No se cumplían todavía los dos dígitos de minutos en el electrónico, cuando los leones rugieron por primera vez, aunque lo hicieron con la ayuda de una defensa ilicitana que no paró de errar. Berenguer se escapó por la izquierda y sirvió un centro que no remató Iñaki, pero que sí que introdujo en su propia portería un desacertado Nico Fernández.
Prácticamente a renglón seguido, en una acción en la que en primera instancia se señaló falta en ataque de Nico Williams, el VAR llamó a filas a Melero López para revisar un posible penalti de Enzo Roco y señalar los once metros. Desde los once metros, Sancet engañó a Badía para subir el segundo al marcador.
Francisco se desgañitaba desde la banda para intentar recolocar una defensa franjiverde que no paraba de hacer aguas, pero Nico le puso todavía más picante al asunto. El pequeño de los Williams sacó la varita mágica para firmar uno de los tantos de la jornada (y de la temporada): recepción pegado a banda, bicicleta, recorte, bicicleta de nuevo y latigazo de zurda a la escuadra.
Con veinte minutos disputados y 0-3 en el marcador, el Martínez Valero empezó a hacer sonido de viento. Gumbau lo probó en un par de ocasiones con dos disparos sin más incidencia, y el árbitro anuló un tanto de Muniain. Todavía antes del descanso, en una nueva acción impropia de una defensa de Primera, el balón le llegó a Berenguer dentro del área, quien firmó el cuarto con una volea a la media vuelta.
Tras el descanso, y por suerte para la parroquia local, el Elche mejoró, algo que resultaba complicado no realizar. Lirola encontró a Ponce dentro del área para recortar distancias, pero no consiguió encontrar portería. La réplica la puso rápidamente Berenguer con un disparo al travesaño, y Muniain con un testarazo que sacó Badía de gran intervención.
En plena mejoría local, Boyé consiguió trazar un largo contragolpe para que esta vez sí Ponce pudiera definir, de remate cruzado, y maquillar el resultado.
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Tampoco bajó el pistón el Athletic, que también pudo marcar en la segunda mitad. Especialmente peligroso fue un disparo de Zárraga, en el tramo final, que desvió con acierto un Badía al que los cuatro goles encajados no hicieron justicia con su partido.