Un solitario tanto de Munir reactivó el 'efecto Abelardo' en Mendizorroza y ahonda en la herida abierta de un Málaga que ofreció la peor de sus versiones en el coliseo babazorro. El ex de Barça y Valencia fue lo mejor y lo peor de un partido redondo de los blanquiazules, que merecieron ganar por más margen a un cuadro 'boquerón' apático durante casi todo el choque.
Míchel presentó la novedad en el once del central Ignasi de Miquel, que aterriza en los albiceleste para cubrir la ficha del lesionado Juancar tras la rotura de ligamentos del de Boadilla del Monte. No le faltó trabajo al zaguero en los primeros minutos. La efervescencia de Munir le trajo de cabeza, como a toda la defensa 'boquerón'. Sólo le faltó al ex de Barça y Valencia ver puerta. Lo intentó primero con un disparo escorado que abortó Roberto con los puños y después en un mano a mano que le volvió a sacar el meta.
A partir de ahí, emergió Burgui en el partido. El canterano madridista fue un puñal por la banda izquierda babazorra, pero ninguno de sus centros encontraron rematador. Tampoco los del Málaga, que tuvo en esa suerte su única arma. Peñarada y Ontiveros se hartaron de colgar balones al área, pero la defensa del Alavés se mostró muy segura por arriba.
Únicamente Peñaranda ofreció señales de vida en ataque por el Málaga en el primer acto, pero al venezolano le faltó compañía arriba. Con Diego Rolán desaparecido en combate, el Alavés jugó a placer. Si Burgui entraba como cuchillo en mantequilla por el lado izquierdo, Martín no le iba a la zaga por la derecha, pero no atinó el vitoriano a la hora de dar el paso de la muerte a alguno de sus compañeros.
La falta de chispa del Málaga se tradujo en un único disparo albiceleste entre los tres palos en todo el primer periodo, un lanzamiento de falta centrado de Recio que atrapó Pacheco sin problemas. Ibai lo intentó desde el borde del área en un libre directo muy de su gusto, pero esta vez el guante que tiene en su pie derecho no fue de seda, como es costumbre.
El paso por vestuarios no cambió la decoración y en la reanudación el Alavés continuó cargando con todo sobre la portería de Pacheco de la mano de un Munir que hizo difícil lo fácil y fácil lo difícil, porque estrelló primero en el larguero un remate a puerta vacía y después remató de primeras con el interior un balón caído del cielo que sirvió a los babazorros para adelantarse en el marcador.
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Míchel respondió introduciendo en el campo a Ricca y Borja Bastón por Diego González y Peñaranda, pero esta vez el carrusel de cambios no surtió el efecto esperado y los tres puntos se quedaron en Mendizorroza, donde el Alavés suma su tercera victoria en los últimos cuatro partidos.