Los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 cambiaron la ciudad para siempre. Lo saben los que estuvieron allí y los que los vieron por televisión, muchos de los cuales la han visitado después y han podido conocer las bondades de una de las urbes más maravillosas del mundo.
En la céntrica plaça Sant Jaume se le rindió tributo a la ciudad y a todas aquellas personas que hicieron posible el rotundo éxito de sus Juegos, que quedaron grabados con tinta indeleble en la memoria del planeta por su rompedora ceremonia de apertura y una magnífica organización.
El Saló de Cent del Ajuntament de Barcelona acogió el acto institucional con invitados olímpicos, paralímpicos y personalidades diversas que tuvieron la oportunidad de ver una muestra del material que el Museu Olímpic i de l’Esport Joan Antoni Samaranch cedió para la conmemoración.
Se quiso dar protagonismo a los voluntarios y voluntarias que participaron en el acontecimiento y que fueron una muestra clara de la gran movilización ciudadana que hubo por la celebración de los Juegos de la XXV Olimpiada. Después del acto institucional, un espectáculo inmersivo con sonido y un mapping 360º sobre la fachada del Ayuntamiento abrió una ventana al pasado y echó un vistazo al futuro.
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El contenido narrativo giró en torno a la transformación de la ciudad, desde el anuncio de 1986 pasando por el momento histórico de la inauguración de los Juegos y haciendo un recorrido que llega a la Barcelona actual y que acaba proyectando la Barcelona que vendrá.