Elogios y reproches a partes iguales. Esta es la vida de contrastes de Tiger Woods desde la última década. Pocos deportistas han recibido tantísimos aplausos por sus méritos en su disciplina como reprimendas sobre su esfera privada. El accidente de coche de este martes, que pudo costarle la vida, es el último sobresalto de una carrera idílica que empezó a truncarse en 2010.
Ese fue el primero y gran escándalo del golfista estadounidense. Ese año explotó su matrimonio con Elin Nordegren después de siete años juntos y con dos hijos en común. Las relaciones extramatrimoniales de Woods le costaron caer en desgracia en la opinión pública y un divorcio multimillonario.
Desde entonces todo fue cuesta abajo y sin frenos. Años después inició otra relación con la esquiadora Lindsey Vonn pero de nuevo su adicción al sexo y al alcohol terminó con el noviazgo. El propio Tiger admitió sus problemas y fue internado en un centro de rehabilitación.
El accidente de este 2021 no es el primer percance que sufre al volante. Aún casado con Nordegren ya estrelló un coche en su mansión tras ir bajo los efectos del alcohol, algo parecido a lo que le sucedió en 2017. Entonces, la policía de Florida detuvo al deportista después de quedarse dormido mientras conducía y mostrando claros síntomas de embriaguez. Él se defendió que fue por mezclar unos medicamentos que se le recetaron de forma legal para paliar sus problemas de espaldas.
Y es que a todos sus escándalos se empezaron a unir lesiones y un momento de baja forma que parecían hundir su carrera del todo. También perdió muchísimos contratos de empresas multinacionales que le habían catapultado al olimpo. Desde 2018 parecía volver a levantar cabeza pero nuevamente se ha visto involucrado en problemas extradeportivos.
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Una de las causas posibles de su accidente podría ser el exceso de velocidad. Afortunadamente ya fue sometido a una “larga” cirugía por sus lesiones en el pie, tobillo, la tibia y el peroné de su pierna derecha, informó su equipo de comunicación en su cuenta oficial de Twitter. Nada en comparación con lo que podría haber sido.