Yangel Herrera, el 'gladiador' del Coliseum
Un solitario tanto del todocampista venezolano le dio un valiosísimo triunfo a un Girona que sufrió, pero que estuvo tremendamente serio en defensa
Oriol Romeu es clave para este equipo. No porque esté a un nivel excelso, al que todavía no ha llegado, sino porque su presencia permite a Yangel Herrera olvidarse de ser el pivote posicional del equipo y descolgarse en ataque. Y en eso es un factor diferencial, de los pocos que tiene el equipo ahora mismo por la enorme plaga de lesiones.
El venezolano, con un cabezazo certero, dio la victoria a un Girona que sudó sangre en el Coliseum. Había que masticar tornillos y el equipo lo hizo. También toca ganar así. El Girona hizo un gran partido en defensa y ajustició en la única que tuvo. Vale igual y son tres puntos claves. No hubo lesionados, aunque Gazzaniga diera el susto. Menos mal.
No quería Míchel llevar el partido a ese juego de disputas que provoca el Getafe, a ese tener que ir al choque en todas y cada una de las segundas jugadas y a ese ritmo de faltas e interrupciones que no beneficiaba a los suyos. Pero no hubo manera. Porque el cuadro azulón no te deja proponer y porque, ante la falta de efectivos para el desequilibrio, no quedaba otra. Por suerte para el técnico, el equipo respondió a esas necesidades. Bajó al barro como había que hacerlo.
No pasó absolutamente nada en todo el primer tiempo. Ni un solo disparo a puerta. Ni una sola aproximación peligrosa... pero la única que hubo, fue para dentro. Se despistó una vez la zaga del Getafe y el Girona lo hizo pagar. Bryan Gil se escurrió por la izquierda, puso un centro medido al segundo palo y Yangel, una fuerza de la naturaleza cuando llega de segunda línea, ajustició de cabeza como mandan los cánones.
Ganar sin hacer nada
Ganaba el Girona sin hacer nada. Ya le tocaba esta temporada hacer algo así. Antes del descanso, por eso, a punto estuvo de lamentar Míchel una nueva lesión. Se echó al suelo Gazzaniga y, con él, media afición del equipo. Por suerte, el meta pudo disputar la segunda mitad.
En la reanudación, hubo de todo. Se fue más arriba el Getafe con los cambios y Carles Pérez fue el que lo más intentó. Eso sí, la más clara, sin duda, de todo el partido la tuvo Bertug. El delantero del Getafe recibió el centro de Álex Sola y realizó un buen remate, pero ahí estaba Gazzaniga para impedir que el Girona cayera en el Coliseum. Después, el cuadro 'gironí' quiso darle algo de pausa al asunto, calmar las aguas y defenderse con balón, pero no pudo hacerlo durante todo el segundo tiempo. Ni siquiera con las sustituciones.
El Getafe murió en campo del Girona, pero los de Míchel defendieron como gatos panza arriba y, a excepción de la ocasión clamorosa de Bertug, no concedió absolutamente nada más. Labor defensiva tremenda ante un rival que le exigió eso. Y el equipo cumplió. Pudo acabar todo en tablas, pero esta vez le sonrió al Girona la diosa fortuna anotando su única ocasión del partido. Ya tocaba.
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