Siempre hay una primera vez para todo. Hasta la fecha, el Atlético del Cholo jamás había sido capaz de meterle mano al Girona. Hoy lo consiguió gracias al VAR, que dio validez a un tanto dudosísimo de Godín, y a la inoperancia ofensiva del equipo catalán, que huérfano de Stuani es otro. Griezmann escribió el epílogo del cuento adornándose innecesariamente ya con todo el pescado vendido.
Los problemas musculares de Diego Costa obligaron a Simeone a renunciar al tridente e introducir un centrocampista más en el once. Volvían al equipo además Arias y Rodri. Eusebio también tuvo que confeccionar una alineación totalmente renovada respecto a la que presentó ante el Athletic en la última jornada. Se quedaron fuera por distintas causas Stuani, Juanpe, Ramalho, Granell y Aleix García.
No echó, sin embargo, de menos a nadie el Girona en el arranque. Sí el olfato de Stuani, a quien la afición gerundense desplazada a Madrid añoró cuando Doumbia, totalmente solo dentro del área, cabeceó el balón al muñeco tras un centro templadido de Pedro Porro desde la derecha.
Durante unos minutos el Girona pareció el equipo 'grande'. El ritmo que imprimió a su circulación de balón sorprendió a su rival. Faltó, eso sí, profundidad. Lo de siempre. De lo contrario los de Eusebio estarían en zona europea y no con el rabillo del ojo puesto en las plazas de descenso.
Un remate aislado de Griezmann sacó al Atlético de la zozobra. Aun así, continuaron siendo los rojiblancos el equipo timorato cuyos miedos le han apeado de la Champions League esta temporada. Cómo es el fútbol, no obstante, que con todo pudo irse 2-0 ganando al descanso si el disparo de Koke desde su casa no se hubiera estrellado en el larguero (minuto 38) y Morata no hubiera perpetrado un 'morata' en boca de gol desperdiciando un majestuoso pase de Giménez a la espalda de la zaga del Girona.
Fue un oasis en el desierto, una lágrima en la arena, porque tras el descanso la dinámica volvió a invertirse y Borja García a punto estuvo de ver puerta en un zapatazo rasito que desbarató Oblak en otra gran intervención del esloveno.
CAMBIO DE GUIÓN
La respuesta de Simeone en busca de soluciones fue dar primero entrada a Correa por Thomas y más tarde a Vitolo por Filipe Luis, lo que obligó a Saúl a retrasar su posición en el campo. Eusebio reaccionó sustituyendo a Portu por Lozano, pero a la postre la jugada maestra sería la del argentino.
El Atlético acertó en el centro de la diana tras meroderar la portería de Iraizoz en dos remates de Saúl y Vitolo que sacaron lo mejor del guardavallas vasco. A la tercera, sin embargo, el castillo de naipes se vino abajo. El colegiado había anulado a instancias del juez de línea el tanto de Godín por fuera de juego previo de Griezmann, pero tras consultar con el VAR rectificó su decisión.
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Ya con el Girona volcado a la desesperada llegó el segundo tanto colchonero, obra de Griezmann a la contra con una preciosa 'cuchara' sobre Iraizoz que le valió para poner fin a su sequía goleadora.