La última jornada fue redonda para el Girona. Goleada al Zaragoza (3-0) para recortar puntos a Sporting y Rayo, y Juan Carlos que volvía a dejar su portería a cero. Lo consiguió tras doce jornadas consecutivas encajando. Desde finales de enero, ante el Espanyol, que no lo lograba.
Pese a la irregularidad, el equipo había sido capaz de reforzar su defensa a lo largo de la primera vuelta. Superado el ecuador del campeonato, la cosa cambió. En una docena de partidos seguidos, con resultados de todo tipo, el equipo no hizo otra cosa que encajar goles. Hasta el pasado viernes. al fin. Desde enero hasta entonces, había encajado ante el Mallorca (1-0), Leganés (0-2), Mirandés (3-3), Castellón (2-1), Fuenlabrada (1-1), Almería (0-1), Lugo (1-1), Las Palmas (1-2), Albacete (2-1), Sabadell (2-2), Ponferradina (3-1) y Rayo Vallecano (2-1).
Una racha negativa que ha impedido al conjunto catalán contar con algún punto más en el casillero, algo que le vendría ahora mismo de perlas para poder acercarse todavía más al objetivo de la promoción de ascenso.
NOTICIAS RELACIONADAS
Este cambio de inercia ha coincidido con el nuevo sistema que ha implantado Francisco. Desde hace casi un mes y medio, el técnico apostó por una defensa de tres centrales y dos carrileros. Dibujo que ha utilizado, por lo menos de entrada, en siete de los últimos ocho partidos. Se han recibido más goles, pero los resultados positivos han llegado. Tanto es así, que la distancia con el play-off es de cuatro puntos. Todavía lejos, pero no tanto.