Tiene muy mala pinta el Girona, que no despierta de la pesadilla. El cuadro gerundense cayó por la mínima en el Nuevo Zorrilla ante el Valladolid y suma su sexta derrota consecutiva, complicándose mucho su continuidad en Primera División.
El equipo puede caer a las plazas de descenso si el Levante, primer equipo en las posiciones calientes y con el que el Girona empata a 34 puntos, puntúa en su feudo ante el Betis. Los de Eusebio Sacristán no encuentran la manera de salir de esta espiral negativa y las alarmas suenan cada jornada con más fuerza. El peligro del descenso es real.
A REMOLQUE
Hizo valer su condición de local el Valladolid y fue el único que llevó peligro a la portería rival en la primera mitad. Los de Eusebio gozaban de la posesión del balón, pero ésta era estéril y ni siquiera probaron a Masip. Cada vez que lograban superar la primera línea de presión local, merodeaban el área vallisoletana, pero la zaga blanquivioleta despejaba todos los intentos de adentrarse en zona peligrosa y todos y cada uno de los centros visitantes fueron abortados.
Los de Sergio González mostraron un juego más vertical y gozaron de buenas ocasiones, como sendas oportunidades de Waldo, en el 7’ y en el 27’ en las que Bono resultó el salvador. Antes del descanso, el Girona se salvó, puesto que Martínez Munuera anuló una diana de Sergi Guardiola en el 43’, decisión que ratificó el VAR.
No cambio un ápice el encuentro tras el paso por vestuarios y el cuadro vallisoletano continuó siendo el claro dominador, mostrando mucha más hambre que los catalanes. Ni Enes Ünal ni Sergi Guardiola llegaron a un centro lateral de Óscar Plano en el 61’, mientras que Waldo volvió a poner en aprietos a Bono con un peligroso disparo dos minutos después.
Tuvo el Girona una ocasión de oro por medio de Bernardo, que no acertó con el arco local, pero a la siguiente jugada el duelo se puso cuesta arriba.
CASTIGO MERECIDO
La insistencia del Valladolid tuvo premio, y la poca ambición del Girona, castigo. Enes Ünal recibió un balón en el área en el 67’ y, tras dejar el balón atrás, Míchel se sacó un tiro colocado desde la frontal ante el que Bono nada pudo hacer.
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Tras unos minutos de zozobra en los que Óscar Plano pudo anotar el segundo, el Girona se fue a por el empate, pero con más corazón que cabeza. Pere Pons pudo igualar el duelo en el 78’, pero optó por el centro en lugar de por el tiro y la jugada fue abortada por Masip. Bono acabó subiendo a rematar el último córner, pero los visitantes pagaron cara su falta de pegada.