El Girona se ha esperado hasta los dos últimos días del mes de enero para mover ficha. Ha trabajado hasta entonces buscando soluciones para reactivar una plantilla que no funciona como estaba previsto, pero a 30 de enero el único movimiento que se ha producido ha sido la llegada de Brandon Thomas. La intención del club es que entre hoy y mañana se lleve a cabo una pequeña revolución. Cambios, tantos de entrada como de salida. O al menos esto es lo que se espera.
El primer protagonista será Marc Gual. Lo fue ayer, porque tras entrenarse con total normalidad en La Vinya se despidió de sus compañeros. Su adiós es un hecho. Pero todavía no hay nada oficial. La marcha del delantero, que se irá cedido a un Castilla que necesita reforzar el ataque por culpa de las lesiones, será el pistoletazo de salida a otras operaciones. La prioridad es la llegada de un pivote defensivo, aunque no se descarta el fichaje de alguna otra pieza que refuerce el ataque. Todo, acompañado de alguna salida más. Hombres como Coris, Calavera o Álex Gallar son candidatos para hacer las maletas.
Posibles refuerzos
La dirección deportiva trabaja desde hace tiempo en incorporar un centrocampista de perfil defensivo. Frustradas las primeras tentativas, Quique Cárcel ha activado otras alternativas. Una de ellas es la de Luis Milla, del Tenerife, aunque su salida de antoja de lo más difícil. Es una pieza clave en su equipo y su cláusula es de cinco millones de euros. El club canario se conformaría con recibir tres millones además de algún futbolista, pero hasta la fecha la oferta de Montilivi ha sido menor.
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Christian Rivera, cedido por la UD Las Palmas al Leganés, es otro candidato. El pivote es prioritario, pero también se busca alguna pieza para completar el ataque. Una de ellas es Pedro Porro, quien sabe de primera mano que no tiene cabida en el Valladolid.