¿Pesa el ’10’ en el Girona?

Cuenta la leyenda que en el mundo del fútbol hay una camiseta que pesa más que el resto. Que acarrea una enorme responsabilidad, y que por ello no cualquiera es digno o no está plenamente preparado para portarla. En clubes de la dimensión de FC Barcelona o Real Madrid el debate sobre si un futbolista está capacitado para llevar ese dorsal se intensifica, pero Míchel abrió ese melón en el Girona tras el empate ante el Rayo.

La pelota siempre al ’10’, se suele decir. Sucedía con Leo Messi en el Barça, con Luka Modric en el Madrid, o con Pelé, Maradona, Cruyff y compañía. Por el camino, también, se quedaron otros que no estuvieron a la altura. Y este verano, el ’10’ del Girona se quedó sin dueño. Borja García, todo un emblema en el club, con 233 partidos a sus espaldas, solo por detrás de Juanpe (247) y Stuani (254), terminó su vinculación contractual y puso punto final a una larga etapa de ‘blanc-i-vermell’.

UNA CARGA 'EXTRA' EN SU MOCHILA

Él, desafortunadamente, estuvo toda la temporada lesionado y no pudo ayudar al equipo. Y en este caso, era, quizá, Aleix Garcia quien desempeñaba ese rol, sin la necesidad de llevar el ’10’ a sus espaldas. Sin embargo, fue uno de los tantos que se marcharon en verano y en el club decidieron que fuera Yáser Asprilla, el fichaje más caro de la historia del Girona (18 ‘kilos’ más variables), quien heredara el ’10’.

Un movimiento que sin duda sorprendió a propios y a extraños, pero sí que se trataba de un gesto para demostrar la confianza del club en un joven y talentoso futbolista que tenía las condiciones para convertirse en el tesoro más preciado del Girona.

“Cuando le dimos el '10' pensé: Nos hemos equivocado. El '10' se lo tiene que ganar uno”, desveló Míchel en la sala de prensa de Montilivi. El fichaje del ‘cafetero’, de 20 añitos, generó un ‘hype’ tremendo. Sus ‘highlights’ en el Watford, o que media Europa fuera tras él, provocaron que las expectativas puestas en su rendimiento fueran enormes. Pero cabía recordar que, en menor o mayor medida, necesitaba su tiempo para adaptarse. Nuevo país, liga más competitiva, estilo de juego distinto…

'PIANO PIANO' EN EL GIRONA

Lógicamente, Yaser fue de menos a más, pero las sensaciones que está dejando en el césped son muy positivas. Está demostrando por qué el club apostó por su talento. En Mestalla fue de lo mejorcito del Girona y se ganó a pulso repetir titularidad ante el Rayo en Montilivi. Y respondió a las mil maravillas. Fue uno de los futbolistas más incisivos y activos en ataque, retando constantemente a su par, o protagonizando las ocasiones más claras del equipo.

Flotando entre la mediapunta y el extremo, se asoció muy bien con Tsygankov o Arnau para generar superioridad por el costado derecho. En Mestalla apenas se movió del extremo derecho, pero su constante permuta de posiciones ante el Rayo, marcó diferencias. Dispuso de tres grandes oportunidades para marcar, siendo el remate al centro de Miguel la más clara. El arrastre de Abel o Iván le dieron espacio suficiente para rematar sin oposición, pero no la empalmó limpiamente con el interior.

ACTITUD EJEMPLAR ANTE EL RAYO

Ya en la segunda mitad, recibió el balón en el vértice derecho del área, alzó la mirada y no se lo pensó dos veces: latigazo directo a la cruceta. Desafortunadamente para él y para el equipo, los balones no entraron y el marcador no se movió. No estuvo del todo acertado en su definición, pero dejó detalles de calidad evidentes en el pase y en el regate. De hecho, Montilivi le ovacionó cuando fue sustituido en el 76’.

“El hecho de que sea el fichaje más caro, que le hayan dado el '10' y otras cosas le ha costado algo más entrar”, añadía Míchel. Unas palabras que se entendieron más como una crítica hacia él que como un toque de atención, sobre toda la responsabilidad que requiere ese dorsal. “El ‘10’ no se le puede dar a un jugador joven. El ‘10’ lo tiene James en el otro lado, pregúntale si se lo va a quitar en la selección de Colombia”, finalizaba. A su vez, admitía que era un buen chico y que confiaba en que iría a más.

Cuando la desesperación y los nervios pasaron una mala jugada al equipo, él no dejó de insistir. Su actitud fue remarcable, ejemplar. Y no parece haber ninguna duda de que seguirá demostrando por qué es un chico tan especial.