Era un secreto a voces. Una entente difícil de conservar tras un curso para olvidar en Girona. El club rojiblanco se acogerá a una cláusula del contrato firmado en verano de 2016 con el Peralada para romper el convenio de filialidad con la entidad ‘xampanyera’.
Los flecos por resolver, siempre económicos, deberán compensar al nuevo equipo de Tercera, puesto que se queda sin plantilla ni cuerpo técnico para arrancar la temporada. Narcís Pélach ‘Chicho’ no continuará en el banquillo blanquiverde al formar parte de la estructura técnica de la entidad de Montilivi.
El Girona ya se lo ha comunicado a la entidad ampurdanesa, que en la matinal del viernes convocó una asamblea extraordinaria para el próximo domingo 16 de junio con un punto del día marcado en rojo: “estado del acuerdo del convenio de filialidad con el Girona”.
Acuerdo efímero
El idilio entre Girona y Peralada apenas ha durado tres campañas. Desde 2016 hasta hoy, ambas entidades han trabajado codo con codo para formar jugadores de presente y de futuro. Sin ir más lejos, este mismo curso, Eusebio Sacristán tuvo que completar en numerosas ocasiones sus convocatorias con bisoños jugadores procedentes de Segunda B.
Los Valery, Èric Montes, Paik, Andzouana y Kevin Soni fueron durante muchas semanas protagonistas con la rojiblanca. La plaga de lesiones que sufrió la primera plantilla obligó al lasecano a mirar hacia el equipo de ‘Chicho’.
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El desencadenante de esta ruptura traumática es el Girona C. El segundo filial se juega la eliminatoria de ascenso a Tercera División contra el Manresa mañana en Riudarenes. Las opciones reales de pomocionar de categoría chocan de frente con el descenso del Peralada. Ambos equipos no podrían disputar la misma competición por lo que el Girona C debería renunciar a la plaza si logra doblegar sobre el terreno de juego a los del Bages. El contrato rescindido duraba hasta 2021.