El Girona reforzará a fondo su plantilla para afrontar con éxito su estreno en la Primera división. Y, para ello, prescindirá de buena parte de los futbolistas que le llevaron al ascenso. El club catalán sólo cuenta con ocho de sus jugadores.
El director deportivo, Quique Cárcel, puso ayer fin a dos días de reuniones con todos los integrantes del plantel. Y de ellas se desprende que sólo ocho tienen asegurada su continuidad: el portero Bono, los centrales Alcalá y Juanpe, el carrilero Aday y los centrocampistas Pere Pons, Portu, Borja y Àlex Granell.
El resto, lo tiene mucho más complicado. La situación de algunos es dudosa, al tener contrato en vigor: es el caso del meta René Román, el defensa Ramalho, el delantero Sandaza y los catalanes Coris y Eloi Amagat, a quienes se ha avisado que apenas jugarán en Primera. El Girona podría traspasarlos en pretemporada.
El adiós de los cedidos se da por hecho -excepto Maffeo, del City, y la gran duda del interista Longo-. Y otros, como Kiko Olivas o Alcaraz, que no entran en el proyecto, negociarán su salida.
Felipe Sanchón y Richy, que llevan más de cuatro temporadas en el club, acaban contrato y no lo renovarán. Este miércoles se les hará un homenaje de despedida en el estadio de Montilivi.
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Cárcel explicará también este miércoles en rueda de prensa el diseño de su nueva plantilla.