Juan Carlos es de los pocos futbolistas de Segunda que ha jugado todos y cada uno de los minutos de esta temporada. Seguro bajo palos, ha coleccionado más intervenciones de mérito que errores, aunque el sábado pasado se marchó de Zaragoza con una sensación agridulce. Su equipo había empatado ante un rival directo, pero uno de los goles que encajó llegaron tras un fallo ante el atacante Luis Suárez. Este miércoles el guardameta habló, precisamente, de esta jugada.
Habló de una “mala decisión”, una acción en la que el pase de Ramalho “venía con la mecha corta” y, ya con el balón en los pies, “dudé”, con lo que “el delantero estuvo listo y tuvo la suerte porque le rebotó en él y se coló adentro”. Ese gol supuso el 1-2 y le dio alas al conjunto maño, que acabaría volteando el marcador aunque Stuani igualó en el tramo final gracias a un tanto de penalti. “Duele porque se trata de una acción desafortunada. No nos sentó bien porque ellos nos estaban apretando. Hay que valorar el hecho de sacar un punto después de todo”.
Con confianza
Juan Carlos también analizó la situación de un grupo que enlaza seis jornadas sin perder y que ya es quinto, en zona de play-off. “Da confianza verte en la parte alta de la tabla pero tenemos que ser conscientes de que si fallamos, bajaremos posiciones en pocas semanas. Esto es una carrera de fondo y no hay que bajar los brazos. Si somos sólidos y no perdemos los objetivos llegarán”, dijo, al mismo tiempo que valoró la “estabilidad” de un Girona que ya se ha “adaptado” a la categoría.
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El próximo partido será “especial” para el portero. Se enfrentará a un Lugo con el que disputó 78 partidos en las dos últimas temporadas. “Estuve muy contento, me sentí querido y respetado. Tengo amigos en ese vestuario aunque cuando empiece el partido todo cambiará y lo que quiero es ganar”