Iago Aspas y las lesiones castigan a un buen Girona

Balaídos tenía ganas de ver buen fútbol. Se enfrentaban dos equipos hechos para tener el balón. Para tener protagonismo e implantar su identidad sobre el verde. Fieles a su estilo. Y con futbolistas valientes, talentosos y con personalidad.

El Girona llegaba necesitado. De puntos, goles y sensaciones. Generó mucho ante el Rayo pero perdonó en exceso, por ello lograr una victoria en Balaídos era vital, también porque el miércoles el Feyenoord visitaba Montilivi. Eso sí, tendrían un digno rival al que batir. El Celta de Giráldez había iniciado el curso a las mil maravillas, desplegando un fútbol vistoso y con la gente de casa.

ONCES RENOVADOS

Por un lado, Míchel introdujo cuatro caras nuevas respecto al último choque: Krejci por David López, Francés por Arnau, Oriol por Asprilla y Danjuma por Bryan. Giráldez, por el otro, no se andó con tonterías y efectuó hasta siete modificaciones, sentando a Iago Aspas y introduciendo a un ya recuperado Mingueza.

Era un día especial para el de Moaña. 500 partidos con la camiseta del Celta no se cumplían todos los días, aunque esperaría su turno desde el banquillo, de revulsivo.

CONTROL INICIAL DEL GIRONA

Desde un primer momento, los de Míchel se adueñaron del esférico. Y los de Giráldez, se irían a presionar arriba y a forzar errores en la salida. Surgió efecto, porque el Celta estaba más cómodo, aunque sin inquietar demasiado a Gazzaniga.

Blind, algo 'sacrifado' por la entrada de Krejci, se situó en el perfil derecho, pese a que con balón se ubicaba en el medio. Tras alguna que otra imprecisión en la salida, el equipo pudo madurar bien un par de acciones y llegar con peligro al marco de Guaita.

YANGEL 'DESATASCA' Y DEVUELVE LA FELICIDAD

Y llegó la primera de las malas noticias para el Girona. Habían transcurrido algo más de diez minutos y, Oriol Romeu, en su intento de robar el balón a Borja Iglesias, sufrió una lesión en el isquio y tuvo que abandonar el terreno de juego. Entró van de Beek en su lugar, para ofrecer algo más de control que Asprilla, que también calentó.

Bajaron las pulsaciones tras ese varapalo y, en una salida de un córner a favor de los de Míchel, Yangel puso fin a la sequía goleadora. Cuatro partidos después, contando el del PSG, el Girona 'mojó' y se puso por delante en el marcador. Recibió Blind, que levantó la cabeza y la puso con música al área, para que Yangel, que llegó desde segunda línea, la cruzara imposible para Guaita.

VARAPALO CON BLIND Y REACCIÓN DEL CELTA

En la reanudación, y tras la lesión de Blind, cambió por completo el guion. El Girona perdió continuidad con balón y el Celta se vino arriba, y llegaron las ocasiones. Pablo Durán, con un disparo demasiado alto, Hugo se sacó una genialidad que terminó en córner... pero la zaga iba achicando agua, conservando la ventaja en el marcador.

Para ganar control, además de un David López que ingresó por el neerlandés, Míchel introdujo a Bryan, Solís y Portu. Un movimiento que le salió bien, porque el equipo recuperó la posesión y trató de dormir el partido.

GENIALIDAD DE IAGO ASPAS

Giráldez, sin embargo, que se guardaba un 'as' en la manga, le dio alas a su Celta. Iago Aspas se echó el equipo a sus espaldas y se sacó un disparo magnífico, inapelable para Gazzaniga. Él mismo inició la jugada, con calma, abriendo al costado izquierdo, y le pegó con su zurda desde la frontal.

Fue un duro golpe para el Girona, que mereció algo más en un duelo que fue agónico hasta el final. Tsygankov, incluso, dispuso de un zapatazo que envió a córner Guaita.